Desde siempre he creído que lo más valioso en la vida no es lo que tenemos, sino lo que sentimos y recordamos. Con esa idea en el corazón, y las ganas de dejar huellas imborrables, nació Luz de Crystal.

Mi historia comenzó entre recuerdos de mi Cuba natal y nuevos sueños forjados en Estados Unidos. Entre cambios, aprendizajes y momentos que marcaron mi vida, descubrí una pasión: convertir objetos en recuerdos eternos, y cada trazo en cristal, en un homenaje a lo que realmente importa.

Hoy, a través de cada perfume y objeto que personalizo, busco capturar emociones, celebrar historias y crear piezas que brillen tanto como los recuerdos que guardan.

Gracias por estar aquí. Este no es solo un emprendimiento, es mi forma de llevar luz, esencia y memoria a cada rincón. Y lo más importante… hacerlo con el corazón.